Todo comenzó en Londres 2019, cuando Jimmy tomó un trabajo de tiempo completo en una empresa de tecnología en Bank, Londres. Al no poder pagar las tarifas de alquiler por las nubes en el centro de Londres, se mudó a un pequeño estudio en las afueras de Greenwich. Cada mañana, Jimmy se unía al resto de la fuerza laboral de Londres para tomar el viaje en hora punta del metro de Londres. Un viaje de 30 minutos generalmente tomaba hasta una hora, con personas apretadas y respirando el aliento y el olor de otras personas. La vida se volvió más difícil cuando el costo de tales viajes siguió aumentando a un ritmo acelerado.

 

Habiendo tenido suficiente de esas tarifas de transporte irrazonables, Jimmy decidió practicar uno de sus deportes favoritos, el ciclismo, para ayudar a minimizar el tiempo y los costos de viaje, mientras inyectaba ejercicio en su rutina ocupada. Por lo tanto, compró un plan de bicicletas públicas de Londres Santander, que cuesta solo £ 20 por mes. Habiendo montado toda su vida, Jimmy pensó que sería una rutina fácil. Sin embargo, ese no fué el caso. Como las bicicletas públicas están hechas de acero y de una sola marcha, y están diseñadas para un viaje de placer de corta distancia, andar cuesta arriba y durante más de 6 millas fue desastroso. Lo que empeoró fue cuando los autos seguían pitando cuando no podías arrancar lo suficientemente rápido una vez que el semáforo se ponía en verde.

 

Habiéndose harto de esos paseos difíciles, Jimmy decidió comprar su propia bicicleta de Gumtree, que era una bicicleta de carretera con múltiples marchas. Viajar en bicicleta al trabajo se volvió más fácil, pero aún no era suficiente, especialmente durante la temporada de verano. Montar cuesta arriba era incómodo y la espalda sudorosa se convirtió en otro problema importante. El mal olor se convirtió gradualmente en un peligro para la seguridad tanto de él como de sus colegas.

Una vez más, Jimmy comenzó a buscar un método de viaje alternativo. Habiendo disfrutado de la libertad de ir en bicicleta al trabajo, no quería renunciar a sus viajes llenos de dopamina y volver a los aburridos viajes en transporte público, finalmente se le ocurrió la idea de las bicicletas eléctricas. Pero después de mirar alrededor en las tiendas de bicicletas locales y en línea, estaba horrorizado por las etiquetas de precios irrazonablemente caras. £ 2000 por una bicicleta eléctrica! ¿Cómo podría pagar un artículo tan caro, especialmente solo para el viaje?

 

Entonces, en una verdadera forma empresarial (y ahorradora de costos), Jimmy decidió ensuciarse las manos y creó su propia bicicleta eléctrica, simplemente comprando un kit de conversión de bicicleta eléctrica e instalándolo en su bicicleta de carretera. Pero a medida que hablaba con más personas, sus puntos débiles resonaron en un grupo muy grande de viajeros. Fue entonces cuando decidió dejar su trabajo y concentrarse por completo en dos objetivos: en primer lugar, ayudar a sus compañeros de viaje, como él, a acelerar la adopción de vehículos de movilidad eléctrica para mejorar sus estándares de calidad de vida. Y en segundo lugar, su objetivo es crear una bicicleta eléctrica de calidad que esté hecha específicamente para los viajeros que viven en las afueras de la ciudad, brindándoles las mejores experiencias de viaje y reduciendo sus costos de transporte a largo plazo.

 

Después de iteraciones e iteraciones de diseños y pruebas, junto con innumerables pruebas y errores, ocasionalmente experiencias de ruptura de rodillas y caderas magulladas, Rymic creó su propio primer producto de bicicleta eléctrica: Rymic E-Bike plegable de 20 pulgadas. La creación de 20 pulgadas ayudó a recopilar datos valiosos y comentarios de la comunidad de viajeros, y luego se retroalimentaron en el segundo producto de Rymic.

 

Al mismo tiempo, Rymic reclutó a los mejores ingenieros de conocidos fabricantes de bicicletas eléctricas para ayudar en este viaje, y ahora nos enorgullece presentarles a nuestro segundo hijo: Rymic Infinity 3.